La lectura es una de las actividades más enriquecedoras y útiles que ha desarrollado la humanidad.
¡Lo decimos nosotros con pasión!
Nuestra historia nos confirma que el origen de la lectura data aproximadamente desde el 3500 a.C. Eso significa que existe ¡desde hace unos 5522 años!
La lectura es la principal fuente de conocimiento y enriquecimiento cultural, científico, histórico, artístico y tantas otras formas del saber humano.
Y por si fuera poco, la lectura nos permite perfeccionar nuestra capacidad de análisis, resolver problemas, tener una visión amplia y nutrida de nuestro entorno y de los acontecimientos del mundo y el universo, mejorar nuestras destrezas de comunicación…
Pura diversión si agregamos las maravillas de la literatura, ese exquisito arte que ha cultivado las mentes más creativas de nuestra historia, así como la filosofía, la ciencia, la política y tantas otras áreas del conocimiento humano.
Narraciones, ensayos, novelas, cuentos, tratados científicos, recetas, crónicas y hasta chistes han sido semilla y fruto de la inteligencia humana.
Mas no vamos a deslumbrarte aquí con la pasión que sentimos por leer.
Nos interesa responder a tus intereses y aquí te enseñaremos todo lo que necesitas saber sobre la lectura.
Pero esto sí tenemos que decirlo:
¡En Plaza y Janés nos encanta que tengas mucha curiosidad y ganas de sumergirte en los libros!
¿Qué es la lectura?
La lectura es una actividad comunicativa que permite descifrar e interpretar primero y a través de la percepción, los signos escritos, el valor fónico de estos, para luego, gracias al conocimiento de referencias, interpretarlos.
Es un viaje capaz de apasionarnos por su recorrido que nos conecta con otros.
Parece algo complicado, pero es como un proceso de traducción entre dos idiomas.
Tus sentidos captan los símbolos: letras, números e imágenes (incluso sonidos) que son significantes.
La palabra “mamá” fonéticamente suena igual a los símbolos que la componen.
Pero tu mente sabe que mamá es mucho más que una palabra de cuatro letras. Su significado es justamente lo que descifras e interpretas. Ese es el valor fónico simple de una palabra compuesta de 4 símbolos M – A – M – Á: Significa, en términos generales, lo que es una madre.
Ahora, suma otros signos, otras palabras que reconoces.
Así, traduces letras y palabras cargadas de significado que componen frases, ideas, conocimientos y tantas otras cosas que se reproducen en las páginas de un libro, en un blog o en un artículo del periódico. De este modo, finalmente comprendes lo que está escrito, lo evalúas y le das un uso.
Así que la lectura es comprender el contenido de los textos, gráficos y simbologías incluso no lingüísticas, decodificarlos, interpretarlos.
Reconoces los símbolos, los lees y los interpretas.
Historia de la Lectura
Fueron los cuneiformes o las marcas de cuña en tabloides de arcilla los primeros asomos de escritura, y por ende de lectura, que, gracias a los sumerios, se utilizaron para contabilizar y graficar mercancías y bienes y poder archivar esa información y retenerla.
La arcilla era la base, el primer “papel” en donde los símbolos, que servían para crear códigos, eran dispuestos.
Lamentablemente, solo una muy limitada parte de las personas en esa época tenían la posibilidad de interpretar y comprender estos símbolos, pues no existía una método de educación que permitiera a la mayoría, leer, escribir o comprender los signos de forma correcta.
Esa muy novedosa invención para aquel 3500 a.C convertía los sonidos expresados vocalmente en símbolos, pero no tenían mucha extensión ni profundidad.
Unos mil años después (o unos 2500 antes de nuestra era), los egipcios mismos empezaron a desarrollar códigos complejos de escritura que inmortalizaron en papiros.
Pero, tristemente, no es hasta que el uso de los pergaminos en el siglo IV se popularizó, que la lectura realmente empezó a tener importancia.
(Casi 3000 años después de las maravillas de escribir, algunas pocas personas podían leer…)
A pesar de que el códice romano ya era una leyenda desde el siglo II (100 d.C), la caída paulatina del imperio no permitió hasta el siglo IV (300 a.C), que se realizaran escritos largos que fueron custodiados para ser leídos posteriormente por nuevas generaciones.
¿El nacimiento del libro, al alcance de todos, tal como lo conocemos?
No todavía.
Desde el siglo V, principio de la edad media, iniciaba la práctica de leer de manera silenciosa y frecuente, aunque era cosa de eruditos, sabios y reyes, pues se impedía la lectura de escritos a la población general.
Durante la Edad Media (siglos V-XV), la lectura era una actividad restringida a los clérigos y la nobleza debido a la escasez de material impreso y la alta analfabetización de la población.
La Iglesia Católica controlaba el conocimiento y la circulación de los libros, y el latín era el idioma utilizado para los textos religiosos y culturales. Los monjes copiaban y preservaban manuscritos en monasterios, lo que permitió la transmisión de la cultura y la religión a través de los siglos pero sin dar acceso a la población civil.
Según historiadores como Enrique Martínez, durante la Edad Media la posibilidad de leer era un privilegio. El siglo XV fue uno de los tiempos con más censura de lo que podrías imaginar.
Un caso muy relevante de censura, fue cuando el papa Alejandro VI (1431-1503) no aprobó la lectura de cientos de escritos a las sedes eclesiásticas más importantes para que luego, con mayor censura impuesta por su sucesor León X (1475-1521), la iglesia católica prohibiera tener interés por el conocimiento considerado anticristiano.
Los sabios y eruditos tenían títulos eclesiásticos, pues solo algunos obispos tenían el poder de autorizar la libre lectura a ciertas personas consideradas aptas para estudiar obras prohibidas.
La censura alcanzó su cima a mediados del siglo XVI cuando la inquisición creó un índice de libros prohibidos que, además de “prevenir” (realmente prohibir) a las personas el leerlos, eran causa de castigos atroces.
Sin embargo, no todo fue negativo durante la edad media, pues permitió otras formas de relación cultural con los libros y el desarrollo de otros códigos de comunicación y escritura en las artes, una de las bases para que El Renacimiento y posteriormente La Ilustración, permitieran una evolución cultural, intelectual y filosófica sin precedentes.
Durante el Renacimiento, ese periodo de transición entre la alta edad media y el humanismo de los siglos XV y XVI, se aprovechó el surgimiento de la imprenta en 1440 para incrementar la producción de libros y dar acceso a más variedad de géneros literarios y textos a las personas.
Aunque la mayoría de la gente todavía era analfabeta, pues los libros eran costosos y solo estaban disponibles para aquellos con recursos suficientes, la lectura en el Renacimiento tuvo un impacto profundo en la sociedad y en la cultura.
En esta época una gran cantidad de escritores y poetas talentosos surgieron, y muchos de sus trabajos se convirtieron en clásicos que se leen hasta el día de hoy. Durante este período, la literatura adquirió un nuevo significado y se estableció como un medio para explorar la humanidad y la vida.
Además, se dio un aumento en la educación y la literacidad, una mayor participación de la población en el ejercicio de la lectura como medio para la formación y el desarrollo, especialmente porque los jóvenes de familias con recursos económicos eran instruidos en la lectura y la escritura desde temprana edad.
Fue un período de descubrimiento y crecimiento, y la lectura jugó un papel crucial en este proceso para darle la bienvenida a La Ilustración.
Durante los siglos XVII y XVIII, la lectura promovió el desarrollo de nuevas ideas filosóficas y científicas que caracterizaron el período de La Ilustración: un movimiento intelectual que propuso la razón y la libertad como argumentos frente a la autoridad y censura.
Algunos filósofos de la Ilustración como Rousseau, Montesquieu y Voltaire, escribieron obras críticas que cuestionaban a la sociedad y la religión, contribuyendo a la formación de las ideas políticas democráticas y liberales.
Por otro lado, el avance de la ciencia se amplió gracias a las publicaciones de teorías y descubrimientos de científicos como Newton que, al igual que las publicaciones filosóficas, políticas y artísticas, fueron distribuidos a través de las bibliotecas universitarias.
La lectura se fortaleció como medio para la difusión de ideas y conocimiento, y jugó un papel importante en la formación de la sociedad moderna.
En la edad contemporánea, la lectura ha evolucionado gracias a la tecnología y la digitalización.
A lo largo del siglo XX, la popularidad de los libros electrónicos y los dispositivos de lectura como el Kindle y el iPad han transformado la forma en que las personas acceden y leen libros.
Además, la creciente demanda de entretenimiento en línea ha dado lugar a un aumento en la publicación de libros digitales y la popularidad de las plataformas de lectura en línea como Amazon Kindle Unlimited y Audible.
Sin embargo, leer libros impresos es una experiencia mucho más grata, ¿verdad?
En la actualidad, la lectura continúa evolucionando con la incorporación de la inteligencia artificial y la realidad virtual en la industria editorial. las tecnologías digitales y la distribución de obras literarias y textos de múltiples temas y áreas del conocimiento.
Hay mucho más sobre la historia de la lectura pero, por ahora, queremos explicarte algunos tipos de lectura que existen.
Tipos de lectura
Hay diversas perspectivas sobre los tipos de lectura, sin embargo, hay dos formas de acercarse a la tipología que te permitirán comprender fácilmente de qué se tratan.
Primero, podemos enfocarnos en dos tipos de lectura que se refieren a la lectura como proceso: La lectura mecánica y la lectura comprensiva.
Profundicemos un poco:
Lectura Mecánica
¿Recuerdas cuando empezaste a aprender a leer? Tu mente se enfocaba en descifrar un código, unir las letras, palabras y finalmente frases que te permitían desarrollar una oralización de los signos para corroborar que leías correctamente.
Incluso de adultos aún leemos de forma mecánica; sabemos definir acentos, vocalizar, distinguir vocales, consonantes, frases… pero algunas veces no somos conscientes del sentido de muchas palabras, oraciones e ideas.
Lo importante de este primer tipo de lectura, es que es el inicio de la comprensión, evolución y apropiación del lenguaje que hablamos.
Así es como aprendes a escribir correctamente, defines la buena pronunciación, entonación y fluidez verbal, además de darte las bases de un universo lingüístico mucho más amplio.
Lectura comprensiva
Una vez aprendes a “leer” palabras y frases, se inicia la fase de comprensión. En este tipo de lectura, la interpretación de las palabras está definida por el aprendizaje obtenido anteriormente.
“Conoces” el significado de las palabras que lees, identificas ideas y las entiendes. El lector aquí no es un actor pasivo: es activo, pues decodifica y comprende lo que lee e incluso lo relaciona con otros textos y contextos.
La lectura comprensiva es el puente hacia la integración del conocimiento en estructuras mentales de información. Una vez comprendes lo que lees, entras en una fase primaria de análisis, eliges estar de acuerdo o no con el mensaje, disfrutarlo o rechazarlo. Es el proceso de aprendizaje puro.
Ahora, enfoquémonos en tipos de lectura desde una perspectiva experiencial: la lectura informativa, la estética y la narración en voz alta. Cada uno de ellos tiene un propósito diferente y se realiza de una manera distinta.
Lectura informativa
La lectura informativa la utilizamos para obtener información específica sobre un tema determinado que nos interesa o que necesitamos explorar.
En el ejercicio de leer información, nos centramos en comprender los hechos y los datos específicos presentados en los textos con un enfoque lógico y objetivo, para asegurarnos de retener la mayor cantidad de información útil.
Para darte algunos ejemplos, cuando leemos artículos en periódicos y revistas, blogs, noticias, consultas en enciclopedias, libros de texto y manuales técnicos, normalmente estamos haciendo lectura informativa.
Lectura Estética
Es complejo explorar este tipo de lectura, pues existen diferentes posturas respecto a la apreciación estética. Es desde la filosofía que se entiende la estética como la disciplina que estudia la naturaleza y percepción de la belleza, la conexión entre el arte y la naturaleza misma.
Sin embargo, de forma un poco estrecha, podemos decir que la lectura estética es cuando nos centramos en los sentimientos e ideas que vivimos durante la lectura de obras literarias, especialmente novelas, cuentos, poesía y obras teatrales (aunque una nota de prensa sobre alguna catástrofe o una historia real de superación también es válida) donde atribuimos un sentido personal a las emociones que nos causan.
Cuando nos esforzamos por apreciar la comprensión de personajes, el tono del escrito y la trama de un texto, hacemos una apreciación estética, una disertación sobre la belleza y el significado de las palabras, explorando diferentes experiencias emocionales a través de conocimientos profundos, de la imaginación, de recuerdos personales, gustos literarios e incluso identificación con las historias que relatan los textos.
Narración o lectura en voz alta
Finalmente, está la narración en voz alta. Este tipo de lectura es simple de comprender si hacemos el ejercicio de leer un escrito ante un público, ya sea un grupo numeroso o una sola persona.
La narración en voz alta nos permite como lectores, conectar emocionalmente con el texto y con las personas que nos escuchan, además de desarrollar habilidades de oratoria, manejo del público y, en algunos casos, de actuación.
Es muy frecuente el uso de la narración en voz alta con la literatura infantil, en el teatro, el cine y la televisión, pero también se utiliza en contextos formales como la enseñanza, el mundo de los negocios e incluso en procesos terapéuticos.
Niveles de lectura
Ya te hemos hablado desde las perspectivas de la lectura como proceso y como experiencia, de sus tipos. Ahora, veamos los niveles de lectura que se enfocan en la lectura como comprensión de lo que leemos.
Parafraseando un poco el libro “Lectura, Metacognición y Evaluación” de Álvaro Santiago, Myriam Castillo y Jaime Ruiz, la lectura es el acto de comprender, y este acto requiere de habilidades mentales como inferir, analizar, y sintetizar por parte del lector.
Desde esta perspectiva, cuando leemos aportamos a la lectura de un texto nuestros conocimientos previos, planteamos y verificamos hipótesis, creamos inferencias para entender los textos y construir significados.
Leer nos involucra: nuestro conocimiento y experiencia nos permite una visión del mundo que casi siempre adaptamos a nuestras lecturas de acuerdo con el contexto y a las necesidades que tenemos ante textos y libros.
Para entender esto, haremos un breve resumen de los tres niveles de lectura.
Lectura Literal
Este es el primer nivel de comprensión de la lectura y se refiere a entender el significado literal de las palabras y frases en el texto.
En este nivel, el lector se concentra en la información explícita del texto sin buscar más allá. Por ejemplo, si se lee un artículo sobre la economía del país y en este está escrita la frase “El Producto Interno Bruto (PIB) subió 1,2% durante el primer trimestre del año y promete mayor crecimiento económico”, comprendemos de forma literal que el PIB subió ese porcentaje específico aunque quizás no entendamos qué es el PIB.
Lectura Inferencial
Este nivel implica ir más allá de la información explícita del texto y utilizar el conocimiento previo y la comprensión para deducir información no explícita.
Siguiendo con el ejemplo anterior “El Producto Interno Bruto subió 1,2% durante el primer trimestre del año y promete mayor crecimiento económico”, al hacer lectura inferencial podemos deducir que dicho crecimiento es algo bueno para la economía, porque entendemos qué es el PIB y los beneficios que trae al país el que se produzcan más bienes y servicios en un corto periodo de tiempo.
Lectura Crítica
Este es el nivel más avanzado de comprensión de lectura y se refiere a analizar, evaluar y cuestionar el contenido y la perspectiva del autor.
De acuerdo con el ejemplo que hemos utilizado, si conocemos otras fuentes, los históricos de crecimiento del año anterior y entendemos de economía, ese porcentaje puede ser un crecimiento muy bajo del PIB, no ser coherente con factores como la inflación, la devaluación monetaria y otros tantos factores que afectan la economía.
Como lectores críticos analizamos la perspectiva del autor, evaluamos la fiabilidad de las fuentes y cuestionamos las conclusiones del texto.
La lectura crítica nos permite formar una opinión propia y fundamentada desde la comprensión profunda del texto y validarlo o rechazarlo con argumentos.
Finalmente, es importante saber que los niveles de lectura no son excluyentes entre sí y que son habilidades para una comprensión completa y profunda del texto: podemos empezar por una lectura literal para obtener información básica, después hacer una lectura inferencial para deducir información no explícita y, finalmente, realizar una lectura crítica para evaluar el texto y la perspectiva del autor.
El proceso de la lectura
La lectura es un proceso en donde interpretamos y procesamos el lenguaje escrito. Cuando leemos, nuestro cerebro decodifica signos y los convierte en palabras y frases que comprendemos, analizamos y usamos.
Veamos el proceso:
- La decodificación: este primer paso implica interpretar los signos gráficos del texto y convertirlos en palabras que comprendemos.
Al momento de la decodificación, nuestro cerebro utiliza nuestro conocimiento del alfabeto y nuestra habilidad para identificar las formas propias del código en el que se ‘lee’: letras y sonidos, estructuras gramaticales y lexicales.
- La comprensión: una vez que hemos decodificado el texto, el siguiente paso es comprender su contenido.
La comprensión implica analizar las palabras y las frases del texto, y relacionarlas con nuestro conocimiento previo y nuestras experiencias.
- La interpretación: el siguiente paso del proceso de lectura es interpretar el significado del texto y sus implicaciones.
La interpretación implica analizar el contexto, las intenciones del autor, evaluar las ideas y argumentos del texto.
- La memoria: finalmente, el proceso de lectura implica retener y recordar la mayor cantidad de información que hemos leído. La memoria nos permite recordarlo y utilizar esta información de manera efectiva en nuestro día a día.
Es por medio de estos pasos que nuestro cerebro procesa el lenguaje escrito y nos permite comprender y utilizar la información aprendida en cualquier entorno.
Técnicas de Lectura
Con todo lo que hemos explorado sobre la lectura, seguro que te has preguntado cómo puedes mejorar tu técnica y sacar el máximo provecho de cada texto que lees.
Es por esto que listamos para ti algunas técnicas de lectura que pueden ayudarte a mejorar tu comprensión y te permitirán aprovechar al máximo la información que cada libro y texto te dan.
- La lectura activa: esta técnica se basa en la idea de que debemos estar activos y participativos al momento de leer.
La lectura activa implica hacer preguntas sobre el texto, resumirlo en nuestras propias palabras, y buscar pistas y patrones en el contenido. Esta técnica nos ayuda a mantener nuestro cerebro activo y a mejorar nuestra comprensión del texto.
- La lectura en voz alta: esta técnica se basa en la idea de que leer en voz alta nos ayuda a mejorar nuestra comprensión y a retener mejor la información.
La lectura en voz alta implica leer con una velocidad y entonación adecuada, y hacer pausas en los puntos importantes. Esta técnica nos ayuda a prestar más atención al texto y a mejorar nuestra memoria y concentración.
Lo importante es encontrar la técnica que mejor se ajuste a nuestras necesidades y preferencias, y practicarla regularmente para obtener los mejores resultados.
¡Así que no dudes en experimentar y encontrar tu técnica de lectura favorita!
Beneficios de la lectura
Con este breve recorrido que acabamos de hacer por el universo de la lectura como proceso, en Plaza y Janés Editores Colombia nos importa mucho que conozcas los beneficios de la lectura.
Ya debes saber que leer permite crecer como persona, intelectual, social y culturalmente, pero eso no es todo…
- La lectura nos permite expandir nuestros horizontes y aumentar el conocimiento.
Además, la lectura también permite conocer otras culturas, perspectivas sociales, políticas y pensamientos diferentes a los nuestros.
- Es claro que nos ayuda a mejorar nuestras habilidades de comunicación escrita y oral.
A medida que leemos, nuestro cerebro se ejercita y se desarrolla, permitiendo que nuestras capacidades de comprensión, expresión y discusión de ideas cada vez sean mejores, claras y precisas.
- Leer definitivamente mejora y fortalece tu memoria y aumenta considerablemente la capacidad de concentración.
Cuando lees, tu mente se enfoca en la información que procesas mientras activas la memoria para analizar, comparar y mejorar tu conocimiento sobre cualquier tema.
- A través de la lectura, podemos sumergirnos en historias fascinantes y viajar a mundos reales e imaginarios, escapar, por decirlo de algún modo, de la rutina y el aburrimiento. Esto nos permite alejarnos de nuestras preocupaciones cotidianas y disfrutar de un momento de tranquilidad y relajación.
- Mejora nuestra salud mental. Al leer, no solo ejercitas el cerebro; creas espacios de relajación, tranquilidad y bienestar que te alejan de pensamientos negativos mejorando tu bienestar emocional.
Aunque existen muchos más beneficios, hablaremos de esto en otro artículo.
Por ahora, esperamos que hayas disfrutado de aprender más sobre la lectura y te sumerjas en el mundo de los textos y los libros.
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