El critico como artista

«…un artista verdaderamente grande no puede nunca juzgar las obras de los demás, y apenas si puede juzgarlas suyas». En 1891 se publicó El critico como artista, un ensayo que estaba incluido en su colección «Intenciones», presentado como una conversación entre dos personas, de las cuales una intenta contradecir a la otra para despertar sus conocimientos e ideas sobre las críticas del arte. El critico como artista es un gran texto que brinda bases para vivir en nosotros los sentimientos plasmados en las grandes obras de la literatura, la pintura y la música, entre otras.